La mitad de los hombres tiene problemas de calvicie. En principio no se trata de un problema de salud, pero en muchos casos afecta al bienestar de la persona e, llegando en algunos casos a  provocar cuadros de ansiedad y/o  depresión.

La mayoría de los hombres se resigna ante la calvicie, considerándola  un hecho inevitable, pero a la mayor parte de ellos no  le gusta perder cabello. Sienten que son más viejos de lo que son  y no son pocos los que intentan luchar contra ella con tratamientos. Aunque la mayoría lo acepta, sobre todo de manera pública, no se sienten a gusto con su nueva apariencia.

Muchos estudios corroboran el impacto psicológico de la pérdida de cabello. Uno de los más recientes es el realizado por el departamento de Psicología de la Universidad de Westminster en Londres (Reino Unido) en el que 214 participantes respondieron a preguntas sobre aceptación, sentimientos, relaciones personales y tratamientos, entre otras.

Los resultados muestran que la alopecia tiene consecuencias importantes y un impacto emocional considerable. En muchas de  las respuestas se describe que tienen pérdida de autoestima y de confianza y también se registraron sentimientos de enfado, preocupación y estrés que podrían desencadenar cuadros de ansiedad y depresión. Estos sentimientos se ven reforzados por la impotencia que sufren los varones por el escaso control que tienen sobre el problema.

Los autores alertan sobre estos impactos psicológicos negativos y recomiendan que los profesionales de la salud tengan en cuenta las repercusiones emocionales de la calvicie para intentar modificar las percepciones de los individuos y ayudar a modular respuestas, como el enfado y la preocupación.

Pero muchos hombres No se rinden ante la pérdida de cabello e intentan ponerle solución. El problema es que, a pesar de los supuestos resultados prometedores con que se anuncian muchos tratamientos, la realidad es que pocos se muestran efectivos.

Hasta éste momento se ha considerado que la calvicie es un problema progresivo e irreversible pero una reciente investigación podría aportar nuevas perspectivas de tratamiento. Científicos estadounidenses han identificado una proteína que podría estar implicada en la pérdida de cabello; se trata de una prostaglandina que se encuentra en niveles elevados en las células o folículos pilosos en zonas de calvicie.  Parece que esta podría ser una línea de investigación prometedora en el tratamiento de la alopecia.

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